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No estabas ni estas.

No estabas cuando cayo la noche,
cuando el silencio se hizo grande
y la brujula perdio su aguja.

No estabas cuando se desemboco el río
y los ojos se volvieron mar,
cuando me escape por mi ombligo.

No estabas cuando las calles tenian tus pasos,
cuando las flores se cortaban para ti
y los dragones salian de mi.

No estabas ni estas ahora...
¿ahora que?
cuando la ciudad se vuelve grande
y el viento comienza a amainar.