|

Bésame
(poema dedicado a Edwin y Brenice gracias por la inspiración)

Tócame con las líneas paralelas de tu rostro
con esas que son rojas como la grosella
las que humedece tu lengua de vez en vez
y hazme sentir con esos dos rayos corpóreos
que un instante se puede convertir en eternidad

bésame cada vez que hay un semáforo en rojo
cada vez que llegas tarde
bésame cada vez que te roce el aire
cuando se escuche un pájaro cantar

Compartamos segundos ensalivados
haciendo esculturas con nuestras lenguas
dejando que el universo nos envuelva
perdiendo la prudencia de nuestros cuerpos
haciendo de la calle un mar

bésame en la plaza, en el metro,
bajo los árboles, en las obscuras callejuelas
bésame suave, lento y violento
cuando tengas ganas de llorar

Descansa tus labios sobre mi boca
haciendo de tus ansias inaudito milagro
que multiplica el amor en pan
y no me separes de tu suplicio misterioso
mientras la noche nos funde en su mirar

bésame al final de cada línea
cuando venga un temporal
regálame tus ósculos mortíferos
que me vuelven a resucitar

No dejes tu boca serena
aunque el invierno silencie la mía
aunque el tiempo nos parta a la mitad
no abandones la tarea de besar
aunque el alma nos duela como duele ser mortal

mientras... ¡bésame tanto como puedas!
en el cine, por el pedregal
dame tus besos quietos, los que sepan volar
bésame, bésame y ¡no me dejes de besar!.

Imagen: A. Araiza.