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Silencio hablando.

Tengo un silencio que me habla
desde la ausencia de la silla
con sus labios de taza
y me mira con sus ojos de picaporte
postrados en la estancia
pronuncia pequeños silbidos
mientras el aire canta
cruza sus piernas de hilo
y la abertura de su falda
hace oleajes teñidos
que resbalan por mi garganta

Mi mano tiene su mano debajo
tridente sujetando vocablos
que vuelan como mariposas
mientras yo sigo escuchando.

Imagen. A. Araiza



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Echame un cable


Mátame de inmediato, no dejes que mis ojos imaginen tus labios, ni tu piel, ni tu cansancio, corta mi pensamiento puntual y exacto que no quiero preguntar, ni dejar que el recuerdo me asalte en la calle, en el café, ni en mi cama.

Formatea de nuevo mi pecho para que ya no tenga espacios, ni ausencias, que aun no se si vendrán... quizás prefiero estar cegado a no mirarte.. prefiero las fotos sin personas, sin lugares, sin letreros... las carreteras sin ninguna espera que suponer, que imaginar, que inventar, que escribir.

hoy amanecí sin emoción, sin pulso cardiaco como si fuera un objeto común y ordinario, la noche de ayer se hizo diminuta y brumosa, la casa se volvió un castillo con fantasmas, que quiero y no quiero pensar, pero se... que puede suceder que pase hoy y no estés, que venga mañana y tampoco estés, que corra la semana con tu ausencia, que pase Julio y Agosto como dos transeúntes sordos y mudos , y todos estos meses llenos de Otoño que lo único que hacen es deshojar los huesos con este frió insomne.

Por lo menos ven y guíñale un ojo a la puerta de mi casa, envíame luces de bengala por correo, susurra por lo menos un par de mensajes para mi auricular o tan solo échame un cable telefónonico o de alta tensión para no morir esperando, y que llegue Diciembre como siempre sin ti.
Foto.: A. Araiza